Una revolución en materia de protección contra incendio

“De la década de los años 60 al 2010 hubo una evolución que, en los últimos 10 años, AMRACI y CONAPCI han empujado para convertirla en una revolución en materia de protección contra incendio.”

Si hiciéramos el ejercicio de construir un relato, los inicios o antecedentes de la protección contra incendio en México, resultaría una historia relativamente joven. Desde el contexto que conozco, en los últimos 50 años ha habido una revolución en la tecnología y en los requerimientos; pero en el desarrollo de la cultura de prevención, solo se ha conseguido una evolución que necesita trabajarse más; al mismo tiempo, existe la necesidad de un marco regulatorio que exija estándares de talla internacional, mismos que generen una infraestructura nacional de primer mundo.

De tal manera que, haciendo una gran fotografía del sector, de la década de los años 60 al 2010 hubo una evolución que, en los últimos 10 años, AMRACI y CONAPCI han empujado para convertirla en una revolución en materia de protección contra incendio, sin que esto signifique que sea más costoso, al contrario, buscamos que la inversión de la iniciativa privada sea más efectiva, y que además, permita salvar vidas, eso vale todo el esfuerzo y el trabajo que llevamos a cabo como grupo.

La asociación nace con el firme objetivo de mejorar la seguridad contra incendio en México. Convicción que se ha logrado paulatinamente a través de tres ejes específicos que son regulación, educación y visibilidad. Dentro de la regulación participamos con diversas autoridades en la generación, modificación o actualización de reglamentos o normas, en este caso, oficiales mexicanas, aportando experiencia y conocimientos técnicos para generar un marco normativo que sea amplio, que esté homologado en el país para que sea factible de implementarse y vigilarse. En este contexto, diversas autoridades como Secretaría del Trabajo, nos han abierto las puertas para colaborar en la mesa con otros actores involucrados que pueden aportar en la materia.

Lo he dicho en diversos foros, en México hay dos Méxicos también en la protección contra incendios: uno, donde los usuarios y las empresas utilizan e implementan tecnología de primer mundo que cumple, e incluso supera, los estándares extranjeros, que se traduce en mayor seguridad y competitividad; y hay otro México, el que se apega y cumple solo con el marco regulatorio nacional, regional o local, pero esto no necesariamente es igual a competitividad o seguridad.

Al mejorar el marco regulatorio se estaría consiguiendo que estas empresas, del México menos competitivo, vayan mejorando su protección contra incendio y, con el tiempo, blindando su seguridad. De cualquier manera, el objetivo principal es que, en caso de tener un incendio no tengan pérdidas humanas ni económicas y que mantengan la continuidad de sus negocios, esto les permitiría a muchas empresas incluirse en cadenas de valor que eleven su capacidad financiera y los ponga en condiciones de competencia internacional.

En educación, seguiremos contribuyendo a la certificación de los profesionales. Hasta ahora llevamos generados tres estándares de competencia, uno enfocado al diseñador de sistemas de rociadores, otro más que está especializado en el diseñador de sistemas de alarma y detección, y un tercero que va para el técnico en mantenimiento de extintores, considerando que el comité de gestión en el cual estamos, tiene competencia sobre toda la protección contra incendio y no solamente la parte de los sistemas.

Una sola industria

En esta década de revolución sobre la que estamos trabajando, la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios se gesta encaminada a la supresión y más específicamente a rociadores, pero con la experiencia supimos que era insuficiente para lograr un México sin víctimas de fuego, y ocupando su base sólida, conformamos el Consejo Nacional de Protección Contra Incendio, que integra otros actores y fortalece al grupo.

En AMRACI están las mejores empresas fabricantes, diseñadoras, instaladoras en materia de sistemas de rociadores automáticos contra incendio, además de ser un componente muy importante del CONAPCI, que implica un pensamiento más global de la seguridad ante incendios, y que integra otros jugadores de la cadena de valor del sector.

Considerando que un incendio es un proceso en el que hay una entrada y una salida, en dicho proceso lo primero que tendrías que hacer es la prevención, luego la protección, después el combate y posteriormente la recuperación. Por ello, en materia de prevención, trabajamos a través de la Campaña Nacional de Prevención y Protección Contra Incendios, que sensibiliza a la sociedad a través de las infancias, con actividades y consejos que pueden transformar la realidad, en materia de seguridad, de nuestras futuras generaciones. Casi la totalidad de las misiones de cada uno de los integrantes, comulgan con la misión general de CONAPCI, y esto facilita mucho el actuar, porque entonces solo hay que dirigir y coordinar los esfuerzos, pues la filosofía ya está dada, aquí lo que hacemos es conjuntar trabajos para ser más fuertes y cumplir los objetivos.

Ya formado el conjunto, empujamos e invitamos a muchas otras organizaciones a generar cultura de protección contra incendio, dando visibilidad a nuestro proyecto.

Más allá de la década

El progreso del sector en los próximos años, depende mucho de nosotros. Actualmente, se están dando cambios muy importantes, uno de ellos se da con la entrada en vigor de la Ley de Infraestructura de la Calidad (LIC), que dio mayor definición del uso de estándares extranjeros en México, pues la anterior ley sí definía la utilización de estándares internacionales, pero no extranjeros.

En México, la protección contra incendio tiene una tendencia más apegada a la tecnología norteamericana y todo su engranaje normativo de códigos, de estandarización, emana de lo estipulado por los organismos especializados en Estados

Autor: JUAN JOSÉ CAMACHO GÓMEZ